jueves, 3 de septiembre de 2015

NOVENA A MARÍA AUXILIADORA Día primero





CONDICIONES

En uno de los días de la novena, se ha de confesar y comulgar con la mayor preparación y disposición que fuese posible y será bueno ayunar algún día a la honra de Nuestra Señora. Y procure mantenerse con una gran pureza de cuerpo y alma, andando con especial cuidado de evitar toda culpa y particularmente contraria a la castidad, que es virtud angélica. Quien fuera de esto hiciere limosnas y otras buenas obras en reverencia a esta gran Señora, la obligará más a que intercedan con Dios para que alcance lo que desea, si conviniere para su salvación y sino le alcanzará de su Majestad otra cosa mejor y más conveniente para la Bienaventuranza eterna.


Signarse
Per signum crucis de inimícis nostris líbera nos, Deus noster.
In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.


V. Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te alabe.
R. Dame fortaleza contra tus enemigos.

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Tres Avemarías, Gloria Patri y la jaculatoria:
María Auxilium Christianorum, ora pro nobis.

DÍA PRIMERO
El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".
¡Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acuden a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar.
Tres Avemarías y Gloria Patri.
Terminar con las oraciones finales para todos los días.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
(Compuesta por San Juan Bosco)
¡Oh María Virgen poderosa! Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia; Tú, Auxiliadora del pueblo cristiano; Tú, terrible como un ejército en orden de batalla; Tú, que sola destruyes los errores del mundo, defiéndenos en nuestras angustias, auxílianos en nuestras luchas, socórrenos en nuestras necesidades, y en la hora de la muerte, recíbenos en el eterno gozo. Amén.


Súplica a María Auxiliadora.

Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad (pídase aquí la gracia que se desea obtener). Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio. Amén.











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